Noticia 271

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"La injusticia es no cuidar bien": Joan Tronto

La especialista en cuidados ofrecerá una conferencia el próximo 27 de octubre en la UNAM.

   Aleida Rueda

   13 de Octubre de 2023

Joan Tronto es una de las especialistas más importantes del mundo en el tema de cuidados y, sin embargo, nada de su fama mundial perturba su generosidad, sentido del humor y claridad con la que explica qué son los cuidados, por qué importan y cómo se pueden crear condiciones para ampliar las relaciones sociales de cuidado.

Cuando habla, Joan cuida. Está totalmente convencida de que hablar de los cuidados contribuye a mejorar el mundo. Y por eso ha dedicado más de tres décadas a estudiarlos desde la ética y la política. Joan señala críticamente a los sistemas, las instituciones y los modelos económicos que propician injusticias debido, justamente, a que no valoran ni ejercen la tarea de cuidar.

Hace un par de meses, Joan, quien es profesora emérita de ciencias políticas en la Universidad de Minnesota, fue reconocida con el Premio Benjamin E. Lippincott, que otorga a Asociación Americana de Ciencias Políticas (APSA) para reconocer trabajos de calidad excepcional en temas de teoría política.

Cualquier persona estaría feliz de ir a recibir un premio de tales dimensiones, pero Joan no. Ella rechazó acudir a la ceremonia de premiación debido a que ésta ocurriría a pesar de la huelga que estaban llevando a cabo los trabajadores de los hoteles donde se llevaría a cabo el evento. En la carta donde anunció su decisión, dijo claramente que el trabajo por el que le daban el Premio Lippincott, su libro Moral Boundaries: A Political Argument for an Ethic of Care, planteaba, justamente, que las personas en posiciones de poder suelen ignorar y degradar el cuidado como parte de las tareas menos importantes y agravar el trato injusto sobre miembros de la sociedad mucho más vulnerables, justo como estaba ocurriendo con los trabajadores en huelga. “Ir a la ceremonia significaría traicionar el trabajo de mi vida”, dijo.

Esa es Joan Tronto.

La especialista nos ofreció esta entrevista para compartir sus ideas sobre la política del cuidado y para invitar a la comunidad universitaria a escuchar la conferencia que impartirá en la UNAM el próximo 27 de octubre*.

Aleida Rueda: Estamos acostumbrados a asociar las tareas de cuidado con las mujeres. Y también hemos visto cómo el feminismo ha hecho una crítica importante para diluir ese binomio que plantea al cuidado como si fuera una tarea intrínseca del ser mujer. ¿Cuál es tu visión crítica sobre los cuidados que va más allá de esta crítica feminista?

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Joan Tronto: El punto de partida para pensar el cuidado ha estado basado desproporcionadamente en el trabajo de las mujeres, pero también en el de los pobres, los esclavos, los sirvientes, tanto de hombres como de mujeres, de castas inferiores. Básicamente, las personas con privilegios empujan las tareas de cuidado hacia la gente que no está en posiciones de privilegio, la mayoría han sido mujeres, pero no exclusivamente.

Así que, aunque hay una asociación muy estrecha entre cuidados y mujeres, no es la única. También es una cuestión de clase, raza, lengua, etnia o religión. Depende mucho de quien es la gente a cargo de los cuidados. Casi siempre son las mujeres. Eso es cierto. Pero más allá de eso, para mí los cuidados no son sólo una labor asistencial. Se trata de una disposición, una forma de acercarse al mundo. Es una epistemología que se preocupa por conocer el mundo. Si no sabes cómo cuidar, si no conoces las prácticas del cuidado, hay cierto tipo de cosas sobre el mundo de las que simplemente te vas a perder. No vas a ser capaz de entender cómo funciona realmente el mundo, a menos que hayas intentado cuidar tú mismo. Es una posición ética. Requiere que nos tomemos en serio la idea de que todas las personas y todas las cosas son dignas de cuidado y que todos deberíamos participar en este proceso de cuidado. Todo eso es feminista, pero es mucho más amplio que hablar del trabajo de cuidados y las mujeres.

AR: ¿Cómo defines la ética del cuidado y por qué es necesario pensar en el cuidado no solo desde un punto de vista ético sino también desde una perspectiva política?

JT: Una ética del cuidado parte de las prácticas del cuidado y reconoce que toda actividad humana es una actividad ética. En cualquier práctica tomamos decisiones sobre cuál es la forma correcta o incorrecta de hacer esto o cuál es la forma menos dañina de hacer aquello. Muy a menudo en la filosofía, pensamos en la ética como esto: la resolución de dilemas está aquí arriba, en las altas esferas del universo, pero en realidad todos los días nos enfrentamos a cuestiones éticas: pasamos junto a una persona sin hogar en la calle o tratamos a alguien con dureza. Esas también son cuestiones éticas.

Y lo que dice la ética del cuidado es que todas estas actividades, todo este cuidado, es parte de un proceso de nuestra propia vida. El cuidado forma parte de nuestra vida. Lo podemos hacer bien o mal. Yo diría que la mayoría de las veces no lo hacemos tan bien como nos gustaría, pero siempre se puede mejorar porque el cuidado nunca es perfecto. Y como resultado, siempre tenemos que estar pensando en cómo podemos mejorarlo. Lo bueno es que, como es una práctica, mejoramos conforme más atención le ponemos. Si cuidamos más, cuidamos mejor. Parte de la razón de que la gente que está en posiciones de privilegio y más arriba en la sociedad no se preocupa por los otros es porque nunca ha tenido que cuidar y no tiene ni idea de lo que se pierde.

AR: ¿Cómo entra el contexto histórico, geográfico o político dentro de la política del cuidado? ¿Qué elementos entran en juego cuando pensamos en la política del cuidado en sociedades distintas a las anglosajonas, sociedades menos privilegiadas como las latinoamericanas?

JT: Lo primero que hay que notar es que las dificultades de los países de menores ingresos en el mundo se producen por la forma en la que los países de ingresos altos han organizado el mundo. La mayoría de los problemas provienen de toda una serie de intervenciones y transformaciones que han hecho que esas culturas ya no sean como eran originalmente. Vivimos en sociedades que han sido arrojadas al desorden por las exigencias del capitalismo global.

En América Latina, en particular los Estados Unidos tienen gran responsabilidad debido a la forma en que las corporaciones estadounidenses han sido capaces de controlar y explotar los recursos de América Latina durante cientos de años, a menudo con el apoyo de los militares. Ahora en Estados Unidos los republicanos están diciendo que deberíamos enviar tropas a México para controlar el narcotráfico. Y mi reacción es: perdón, ¿han oído hablar alguna vez de la soberanía nacional? ¿Qué les hace pensar que pueden simplemente ir a intervenir y poner a sus militares en algún otro país? Pero por supuesto que Estados Unidos lo ha hecho desde el siglo XIX hasta el presente.

Una forma de hablar de ello es hacerlo en términos económicos o militares, pero creo que debemos empezar a utilizar el vocabulario del cuidado. Estamos frente a una completa falta de atención a la forma en que las personas necesitan cuidarse unas a otras en los países donde estamos creando tal daño. Si empezamos a utilizar ese vocabulario, tal vez sea posible que la gente en lugares privilegiados ponga atención en cómo están afectando a los demás.

AR: Joan, tú sabes que durante los últimos años el Seminario de Cuidados para la Vida y el Bien Común que organiza el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM busca impulsar una mirada epistemológica, política y educativa que ponga en el centro el concepto de cuidados, desde una perspectiva más amplia y no solamente desde la ética o la economía feminista del cuidado. El Seminario plantea ampliar la mirada y empezar a promover la idea de los cuidados en la construcción de paz, del medio ambiente, de la salud psicoemocional. ¿Tu qué opinas de ampliar la mirada cuidadora de esta manera?

JT: Es una idea maravillosa. El cuidado tiene que entenderse en un sentido amplio porque si tratamos de entenderlo en un solo sentido entonces dejamos fuera muchas de sus dimensiones. Si sólo te preocupas por la salud, entonces dejamos fuera el hecho de que algunas personas no tienen casa. Si sólo nos preocupamos por las personas sin techo, dejamos de lado que algunas personas tienen problemas psicológicos que también hay que abordar. Así que hay que adoptar un enfoque holístico a la hora de abordar cualquier conjunto de problemas.

En las universidades tendemos a dividir las cosas. Yo estudio la política, tú estudias economía, tú estudias antropología, tú estudias sociología. Pero lo realmente importante es que unamos todas estas perspectivas. Tener un interés y una preocupación comunes y luego utilizar nuestro buen pensamiento y nuestras prácticas para empezar a acercarnos y ver qué podemos hacer mejor.

AR: Ahora que mencionas a las universidades… el Seminario también sostiene que el papel de las universidades contemporáneas es fundamental en la promoción de una nueva mirada del mundo que ponga el tema del cuidado al centro. ¿Qué es lo primero que las universidades tendrían que hacer o dejar de hacer para lograrlo?

JT: Es una pregunta muy difícil, porque hay tantas cosas que las universidades podrían hacer que no sé cuál poner en primer lugar. Entre las cosas maravillosas que se pueden hacer, y es algo que han hecho en la UNAM, es empezar por ver qué cuidados se están dando y cómo, hay que empezar por hacer un mapeo de dónde están los cuidados. También hay que ser inclusivos, pensar en todos los tipos de personas que tienen necesidades diferentes y cómo las satisfacemos. Son algunas cosas, pero son innumerables las cosas que se podrían hacer. Asegurarse de que hay suficiente comida de calidad disponible en el campus. Asegurarse de que el agua esté limpia. Asegurarse de que el campus es seguro. Todas esas cosas son parte de lo que implica el cuidado.

AR: ¿Cómo imaginas que sería una sociedad que pone los cuidados en el centro?

JT: Primero, todo el mundo se dedicaría a las tareas de cuidado. En segundo lugar, todo el mundo trabajaría menos porque tendrían que ocuparse de los cuidados. Tercero: todo el mundo tendría lo suficiente, lo básico necesario para cuidar de la gente que quiere cuidar y asegurarse de que ellos mismos están bien cuidados. Eso requeriría una redistribución masiva de la riqueza, la propiedad, y de repensar cómo queremos que el mundo sea. Y cuarto: nos cuidaríamos, pero no sólo a nosotros mismos y los demás humanos, sino al planeta; las plantas, los animales, las rocas, los ríos y los océanos, para que todos podamos prosperar juntos.

AR: Cuéntanos de qué vas a hablar en tu charla en la UNAM el próximo 27 de octubre.

JT: La ponencia que voy a presentar en la UNAM dentro de un par de semanas se titula “Escapar de los malos cuidados, escapar de la injusticia”. Y esto es de lo me he dado cuenta: Lo que llamamos injusticia está en realidad relacionado con malos cuidados. No solemos pensarlo así, pero eso es realmente lo que está pasando: La injusticia es no cuidar bien.

La cuestión entonces es, si lo decidimos colectivamente, ¿cómo podemos cuidar mejor? Y por eso señalo algunas formas de mal cuidado que son realmente perjudiciales y tienen que ver con el cuidado a la economía y la riqueza. Así que hablaré de algunas formas en las que cuidamos muy mal y que conducen a grandes injusticias y voy a hacer algunas sugerencias sobre los recursos que ya tenemos a nuestro alcance para mejorar las cosas. Así que es una invitación para que la gente se una a la reflexión sobre el mundo desde una perspectiva ética del cuidado.

*Joan Tronto ofrecerá la conferencia “Escapar del mal cuidado, escapar de la injusticia” el próximo viernes 27 de octubre, a las 12 horas, en el Auditorio Alfonso Caso de la Torre II de Humanidades. Habrá transmisión en vivo por los canales de YouTube del @C3UNAM, @IgualdaddeGeneroUNAM y @COUSUNAM. No se requiere registro previo. Se otorgará constancia a los asistentes.

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